martes, 20 de marzo de 2012

PONYO EN EL ACANTILADO

La sirena que quería ser humana versión japonesa.
El Studio Ghibli es en Japón lo que Disney en los Estados Unidos: el estudio de animación más importante y de más renombre del país. Su fundador Hayao Miyazaki inauguró dicho estudio con la película NAUSICAÄ DEL VALLE DEL VIENTO y desde entonces nos ha ido regalando joyas de indiscutible valor. No todo son obras maestras, ni mucho menos, pero sí que son un ejemplo de buena animación y de una belleza sobresaliente. Miyazaki y su equipo cuidan con extrema delicadeza los fondos y los detalles de sus películas. Igualmente han hecho del diseño de sus personajes un símbolo de la casa reconocible y reconocido por todos.
Una de sus últimas películas estrenadas en salas comerciales fue PONYO EN EL ACANTILADO (2008), una revisión del clásico cuento de LA SIRENITA que el propio Miyazaki escribió y dirigió. Siempre es un lujo admirar la obra de este maestro de la animación y PONYO no desmerece a las cintas anteriores.
Como suele ser habitual del Studio el ritmo es pausado y contemplativo aunque no por eso resulta soporífero. Todo lo contrario. El tiempo pasa volando admirando las aventuras de Sosuke, un niño que encontrará en una cala cercana a su casa a la pequeña princesa del mar Ponyo, la cual sentirá atracción por el joven y deseará convertirse en humana para vivir junto a él.
El mundo submarino está poblado no solo de peces, sino de seres prehistóricos, brujos y una diosa del mar que jugará un papel importante en el devenir de la niña pez. Todo esto confieren al fondo acuático un aire onírico en contraste con la superficie.
Es cierto que es una película bastante infantil, pero cuenta con momentos que resultan inquietantes y oscuros como el tsunami que provocan las olas-pez o la aparición de la madre de Ponyo.
Pese a que es una de las historias más convencionales de la casa brilla por su encanto, por su buen rollo y porque consigue lo que pretende, hacer disfrutar a pequeños y mayores.
VALORACIÓN:

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