
Mavis Gray (Theron) es una negra, me explico, una escritora que redacta textos para otros que se llevan la fama y el prestigio. La serie de novelas para jóvenes-adultos en la que lleva años trabajando está llegando a su fin justo en el momento en que Gray atraviesa una crisis existencial. Para intentar superar dicha crisis, Gray regresa a su pueblo natal con la idea de recuperar a su amor de instituto, que está casado y acaba de ser padre. Sola, deprimida y algo más alcohólica de lo que debería, encontrará un aliado en un ex compañero de clase al que acostumbraba a marginar y a menospreciar.
Si algo hay que agradecerle a la cinta de Reitman es que rompe los esquemas de narración de la comedia clásica de Hollywood y confecciona una comedia oscura y ácida. La película es muy lineal, todo transcurre poco a poco casi sin darnos cuenta y en momentos me hizo desconectar (y eso qué solo tiene una trama…).
Han querido ser tan outsiders que se han olvidado de conectar con el público y la respuesta en taquilla ha sido nefasta tanto en nuestro país como en otros lares. Pero no todo es desastroso: Charlize Theron está estupenda interpretando a Gray y su compañero de andanzas, Patton Oswalt, no se queda a la zaga. La pena es que el resto me importó un pimiento.
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