El retrato de Oscar Wilde.
Las obras de Wilde son en su totalidad grandes clásicos de la literatura y el teatro. Muchas de ellas han sido llevadas al cine, pero aquí nos encontramos con un biopic del autor de "El abanico de Lady Windermer" dirigido en 1997 por el británico Brian Gilbert de forma correcta y eficaz, pues logra contarnos a grandes rasgos la vida pública y privada del escritor, pero sin brillar como debería.
Stephen Fry se transforma en ese Wilde hinchado de éxito profesional y tan confundido respecto a sus sentimientos, haciendo creíble el personaje. Junto a él destaca Jude Law interpretando al protegido y amor verdadero del protagonista. Aunque en ocasiones se deja llevar por el histrionismo muestra su gran capacidad para interpretar personajes ambiguos.
Para los más frikis os aviso que Madam Pomfrey (Gemma Jones) y Madam Hooch (Zoë Wanamaker) de la saga Harry Potter también aparecen en papeles secundarios. Y para los más avispados, a ver si detectáis a un jovencísimo Orlando Bloom interpretando (o más bien figurando) a un chapero en las calles de Londres.
En resumidas cuentas: a los fans del autor y del cine inglés reposado, les gustará.
Las obras de Wilde son en su totalidad grandes clásicos de la literatura y el teatro. Muchas de ellas han sido llevadas al cine, pero aquí nos encontramos con un biopic del autor de "El abanico de Lady Windermer" dirigido en 1997 por el británico Brian Gilbert de forma correcta y eficaz, pues logra contarnos a grandes rasgos la vida pública y privada del escritor, pero sin brillar como debería.
Stephen Fry se transforma en ese Wilde hinchado de éxito profesional y tan confundido respecto a sus sentimientos, haciendo creíble el personaje. Junto a él destaca Jude Law interpretando al protegido y amor verdadero del protagonista. Aunque en ocasiones se deja llevar por el histrionismo muestra su gran capacidad para interpretar personajes ambiguos.
Para los más frikis os aviso que Madam Pomfrey (Gemma Jones) y Madam Hooch (Zoë Wanamaker) de la saga Harry Potter también aparecen en papeles secundarios. Y para los más avispados, a ver si detectáis a un jovencísimo Orlando Bloom interpretando (o más bien figurando) a un chapero en las calles de Londres.
En resumidas cuentas: a los fans del autor y del cine inglés reposado, les gustará.
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