Terrestres muy marcianos.
Nacho Vigalondo es un aclamado guionista y director de cortometrajes (recordemos que 7:35 DE LA MAÑANA, del año 2003, estuvo nominado a los Oscar) que poco a poco va encontrado su público en el terreno del largometraje. En 2007 debutó en el largo con la extraordinaria cinta de ciencia ficción LOS CRONOCRÍMENES, film que daba una vuelta de tuerca a los viajes en el tiempo contando algo ya visto en infinidad de ocasiones pero de manera novedosa y original.
En EXTRATERRESTRE pretende seguir girando la tuerca pero en este caso la de la comedia romántica añadiendo a la típica trama de chico conoce chica una invasión alienígena. El resultado no acaba de ser todo lo satisfactorio que esperaba. No me quedó claro qué quiere contar ni el tono en que lo quiere contar. ¿Es una comedia romántica? ¿Una comedia de acción? ¿Una comedia descerebrada? ¿Ciencia ficción? ¿Drama intimista? Todo eso y mucho más y nada de eso a la vez.
Julio (Julián Villagrán) despierta resacoso en la cama de Julia (Michelle Jenner), una chica a la que conoció en la discoteca la noche anterior. Cuando la chica pretende echarlo de casa descubren que un platillo volante corona el cielo de Madrid. Con la ciudad evacuada por el ejército, Julio y Julia se ven atrapados en el apartamento donde recalarán su novio (Raúl Cimas) y el vecino pesado obsesionado con ella (Carlos Areces).
Julián Villagrán está extraordinario dando vida a un personaje cercano, muy realista y con unos toques de humor muy fino. Felicidades. Michelle Jenner, monísima, está bastante bien a pesar de que la encuentro un poco joven, en comparación con sus compañeros de reparto, para el personaje. Carlos Areces está, como casi siempre, grandioso y tremendamente divertido. Finalmente está Raúl Cimas, que seguramente a los seguidores de Muchachada Nui les encantará y seguro que el muchacho tiene su gracia, pero aquí me parece que está completamente fuera de lugar, errado en la construcción del personaje, nada creíble como ese Rambo improvisado y para colmo no me hizo reír (ni siquiera sonreír) en sus innumerables intentos por resultar tronchante.
Aunque a grandes rasgos me pareció una cinta simpática, no le llega a la suela de los zapatos (ya sé que las películas no tienen zapatos, pero es una forma de hablar) a la ópera prima de su director. Me esperaba mucho más y la decepción ha sido importante. Es demasiado larga a pesar de los 90 minutos de su metraje. ¡Se me hizo eterna! Creo que el material no daba para mucho más que un cortometraje.
Una película raruna, confusa, confundida, repetitiva...
VALORACIÓN:
No hay comentarios:
Publicar un comentario