Hitchcock no me convence.
Cortina Rasgada es una de esas películas del señor Hitchcock que aún no había visto. Llevaba tiempo con ganas de darle una oportunidad y no puedo decir que me arrepienta, porque siempre es un lujo admirar el cine de este genio de la dirección cinematográfica, pero tampoco me satisfizo como era de esperar.
Dirigida en 1966 justo después del fracaso comercial de Marnie, la Ladrona, esta cinta estuvo supeditada a las exigencias de la Universal Pictures (estudio encargado de llevar a cabo la peli), que asustada por el pseudo-fracaso de la anterior película del director quiso controlar (quizás en exceso) el proceso de filmación. Para empezar, le impusieron a los actores protagonistas, Paul Newman y Julie Andrews, famosísimos por aquel entonces gracias a éxitos como Mary Poppins o Sonrisas y Lágrimas en el caso de la señorita Andrews y de Dulce pájaro de juventud o El Buscavidas en el caso de su partenaire. Hitchcock aceptó antes a Newman pero con Mary Poppins, digo Julie Andrews, tuvo reparos porque pensaba que el público la relacionaría con los musicales y según palabras del propio director: "la gente, cuando la vea en pantalla, esperará que se ponga a cantar". Nada más lejos de las intenciones del cineasta, pues Cortina Rasgada es un thriller de espionaje en el que un científico estadounidense, Michael Armstrong (Newman), viaja a la Alemania Oriental cruzando el mítico telón de acero al que hace referencia el título, para supuestamente ofrecer sus servicios a los comunistas. Una vez allí, su novia y asistente Sarah (Andrews) descubre que su chico no es un traidor, sino que lucha por su país e intenta descubrir los recientes estudios de un profesor sobre el proyecto Gamma-5 (bombas nucleares).
Aunque Paul Newman está correcto en su interpretación, nunca volvió a trabajar con Hitchcock (son cococidas popularmente las broncas que se acontecían en el rodaje entre éste y su director). Pero el gran fallo es la nula química existente entre las dos estrellas protagonistas. No es que Julie Andrews no esté bien, es que no pegan ni con cola de impacto.
La película tiene momentos interesantes, como los protagonistas escondiéndose se sus perseguidores en la ópera y siendo delatados por la diva de la función, Newman charlando con el profesor del proyecto Gamma-5 y descubriendo unas fórmulas secretas, o la escena de la granja y las consecuéncias de ésta. Igualmente hay que reprocharle a Hitchcock que alarga demasiado algunas situaciones, en especial el clímax final con Sarah y Armstrong intentando escapar de la Alemania comunista en un falso autobús de línea.
En definitiva, una obra menor del maestro Alfred Hitchcok.
VALORACIÓN:
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