Técnicamente perfecta.
En la estúpida guerra establecida en los 80 entre Astérix y Tintín yo siempre me decanté por los irreductibles galos aunque he leído casi todas las historias del joven periodista/detective belga, pero cuando supe que Steven Spielberg y Peter Jackson pensaban llevar a cabo una adaptación para la gran pantalla de los cómics de Hergé me picó el gusanillo de la curiosidad, cosa que nunca ocurrió con la traslación al cine del universo de Uderzo y Goscinny.
Las Aventuras de Tintín: El Secreto del Unicornio, que según sus productores es una mezcla de los álbumes El tesoro de Rakham el Rojo, El Cangrejo de las Pinzas de Oro y el que da título al film, El Secreto del Unicornio, trata de presentar (para los que no los conozcan ya, que alguno quedará) a los personajes y ubicar al espectador en quién es quién. Así nos muestran a Tintín y a su inseparable perro Milú en un mercadillo callejero de antigüedades donde compran la maqueta del barco Unicornio que esconde en su interior el secreto del tesoro oculto del pirata Rakham el Rojo. La aventura en la que se embarcan les llevará a conocer al carismático y alcoholizado Capitán Haddock, a los detectives Hernández y Fernández y a la soprano Bianca Castafiore.
Como he dicho en la entrada nos encontramos ante una película perfecta en cuanto a los aspectos técnicos. Spielberg y Jackson logran utilizar la captura de movimiento que popularizó Robert Zemeckis, con mucha más gracia y soltura que este, mejorando lo conseguido en Beowulf o Polar Express. Los actores que han prestado sus movimientos, su gestualidad y su voz son Jamie Bell (Tintín), Andy Serkis (Haddock), Daniel Craig (Rakham) y Simon Pegg y Nick Frost (Hernández y Fernández), entre otros.
Aunque la perfección formal, como ya he comentado, es indiscutible, el fondo ya es otro cantar. Muchos han comparado este film con la saga Indiana Jones pero yo debo apuntar que se aleja mucho de la maestría de En Busca del Arca Perdida, Indiana Jones y la Última Cruzada e incluso de Indiana Jones y el Templo Maldito y se asemeja más a la cuarta parte de la saga, que aunque personalmente no me pareció un desastre es la peor con diferencia. No es que Tintín sea mala, es que es antigua. Los chistes carecen de gracia, la mayoría de personajes son "carrinclones" (valga el catalanismo) y en ocasiones ridículos y desfasados. Ya sé que mucha gente dirá que los cómics donde fueron creados son antiguos y los personajes acordes a esa época, pero entonces yo replicaré: ¿por qué Spielberg y Jackson se han esmerado en modernizar los ambientes, las persecuciones (espectacular la que ocurre en Marruecos) y el ritmo, le han encargado a John Williams una banda sonora preciosa, moderna y acorde a las imágenes, pero han mantenido lo arcaico de sus personajes?
Ahí queda y por eso mi valoración no es más alta ni más baja.
VALORACIÓN:
¡A mínimo que te interese algo el cine de animación, esta película merece la pena por su perfección técnica!
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