viernes, 14 de octubre de 2011

INFILTRADOS

No todos los remakes son malos.
Y la prueba está en Infiltrados, genial thriller de Martin Scorsese que retoma Internal Affairs, la película de los hongkoneses Andrew Lau y Alan Mak. Como no he visto la obra original no voy a entrar en comparaciones así que me centraré en la nueva versión.
Frank Costello (Jack Nicholson) es el capo de la mafia de Massachussets que acoge a un niño bajo su protección. Años después Colin Sullivan (Matt Damon), ese muchacho ya crecidito, entra/se infiltra en el cuerpo de policía de la ciudad ascendiendo rápidamente a la Unidad de Investigaciones Especiales, la cual se encarga de vigilar e intentar acabar con la banda de Costello. Al mismo tiempo Billy Costigan (Leonardo DiCaprio), otro joven policía, es el encargado de infiltrarse en la banda del mafioso. De este modo los dos policías, que desconocen la existencia del otro, se verán enfrentados no sólo en lo profesional sino también en lo personal (y hasta ahí puedo leer, por si alguien no la ha visto).
Con un montaje excepcional y un ritmo que no decae a lo largo de los 149 minutos que dura, unos diálogos abrumadores y mal sonantes, y unos personajes carismáticos muy bien escritos e interpretados, Infiltrados supone una obra magistral más en la carrera de su director. Leonardo DiCaprio, nuevo actor fetiche de Scorsese, vuelve a demostrar lo que todo el mundo sabe ya, que es uno de los actores vivos más grandes. Matt Damon mejora mucho con el paso del tiempo y en esta ocasión borda su papel. Para Jack Nicholson no hay palabras, a ratos contenido, a ratos pasado de rosca, pero siempre genial. Sorprende la interpretación de Mark Wahlberg, actor por el que nunca he dado un duro (euro para los más modernos), que aquí se mete y muy bien metido en la piel de un policía chulo, prepotente y desagradable, así como las intervenciones de Martin Sheen, Alec Baldwin y la chica de la función, Vera Farmiga.
Martin Scorsese vuelve a demostrar que es uno de los directores de cine más grandes de la historia. Sabe tratar el material que tiene entre manos con respeto, elegancia y sabiduría. Convierte casi todo lo que toca en clásicos, en especial aquello que tiene que ver con mafias, policías y ladrones (Malas Calles, Taxi Driver o Uno de los Nuestros son solo algunos ejemplos).
VALORACIÓN:

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