Caperucita Lisbeth contra los Hombres Feroces.
Reconozco que soy uno de esos especímenes que ha llegado virgen del universo Millennium a esta readaptación del best seller de Stieg Larsson. Ni he leído los libros ni he visto los telefilms suecos posteriormente retocados para su estreno en salas cinematográficas. De hecho, no me atraían demasiado las aventuras y desventuras de la señorita Salander hasta que David Fincher se interesó en adaptar la primera novela al cine.
Una vez vista MILLENNIUM: LOS HOMBRES QUE NO AMABAN A LAS MUJERES, me declaro fan del personaje de Lisbeth Salander y la formidable interpretación de Rooney Mara (actriz que ya está dando que hablar y ¡lo que le queda por delante!). Ella es la estrella indiscutible de la película aunque no hay que desmerecer los trabajos de Daniel Craig, Christopher Plummer, Stellan Skarsgård, Robin Wright ni del resto del reparto que, a pesar de ser menos conocidos entre nosotros, brillan como mínimo como los demás.
El periodista Mikael Blomkvist (Craig) se traslada a una isla del norte de Suecia huyendo de un escándalo de difamación que pesa sobre él, con la excusa de un trabajo de investigación sobre la muerte-desaparición, cuarenta años atrás y en extrañas circunstancias, de la sobrina de Vander (Plummer), un adinerado magnate. La hacker y "outsider" Lisbeth Salander (Mara) será su mayor aliada.
David Fincher, director del que ya he declarado en otras ocasiones mi casi eterna devoción, no ha querido alejarse de tierras suecas (donde originalmente transcurre la novela) para contar su visión de la historia. En mi opinión este es uno de los aciertos de la cinta, ya que los helados y oscuros paisajes, tan bien fotografiados por Jeff Cronenweth, aportan al relato un aura de inquietud y misterio más que adecuados para este thriller.
La primera parte de la película es un poco lenta y confusa, quizás debido a la abundancia de personajes o a que Fincher quiere contar demasiadas cosas y no le da tiempo a profundizar en todas. Me costó entender lo que le ocurre al personaje de Craig en la revista Millennium donde trabaja, el tipo de relación que tiene con su editora, el porqué se ve envuelto en un caso de difamación y cómo se va desarrollando esa trama, qué pinta en toda la historia la pirata informática... Pero en el segundo tramo, cuando se juntan los dos protagonistas para investigar el caso en cuestión y Fincher se centra en la relación personal entre estos, nos encontramos con una película muy interesante, muy bien narrada y con situaciones muy bien resueltas (como la investigación en paralelo que lleva a Salander a los archivos de la compañía Vander mientras Blomkvist recorre la isla, o el momento en el que el periodista está atrapado en el sótano del villano de la función) que devienen, desafortunadamente, en un clímax desinflado.
No quiero dejar de destacar los sorprendentes títulos de crédito con una magnífica versión de Led Zeppelin, así como toda la banda sonora, las impactantes secuencias de la protagonista con su desagradable (por no llamar asqueroso, cerdo, cabrón...) tutor legal y el triste epílogo que deja con ganas de saber cómo continuará la historia de Lisbeth y Mikael.
VALORACIÓN:
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