Otra Tierra + El Árbol de la Vida = Melancolía (o la locura de Lars Von Trier)
Aturdido y desconcertado serían las palabras que mejor definen la sensación que me quedó al salir del cine tras ver la última película de Von Trier. ¿Qué ha hecho este hombre? ¿Qué pretendía hacer? ¿Qué quiere transmitir? Son solo algunas de las muchas preguntas que ha generado este esperpento.
Melancolía está narrada en tres partes: un prólogo de espectacular belleza plástica y dos capítulos muy diferenciados que trataré de manera independiente.
Película grotesca en su primera mitad, el innecesario capítulo de Justine (Kirsten Dunst) trata de contar, creo, el estado depresivo que padece la protagonista durante el día de su boda con Michael (Alexander Skarsgard). Este primer capítulo está plagado de estrellas cinematográficas de la talla de John Hurt (el padre de la novia), Charlotte Rampling (la madre de la novia), Stellan Skarsgard (padrino de la boda y jefe de la novia, aunque en la vida real es el padre de Alexander), Udo Kier (el organizador del enlace), Kiefer Sutherland (el cuñado de la novia) y Charlotte Gainsbourg (la hermana de la novia), que se pasean como pueden por el extraño mundo que describe el director danés, haciendo gala de su buen hacer interpretativo a pesar de lo confuso que resulta todo. Tras más de una hora de continuos disparates, mal rollo por doquier, narración lenta en cuanto al transcurso del tiempo y a la vez acelerada por los mareantes (literalmente) movimientos de cámara, en resumidas cuentas, una tomadura de pelo que no sirve para nada ni aporta nada, llega un segundo capítulo que ahora paso a analizar.
VALORACIÓN:
El episodio dedicado a Claire (Gainsbourg) es una película de catástrofes al estilo Armageddon, en la que el planeta que da nombre al film, Melancolía, que ha estado siempre oculto tras el sol, se acerca precipitadamente hacia La Tierra, amenazando con colisionar contra ella y por lo tanto de acabar con la humanidad. El nombre del inquietante planeta hace referencia al estado depresivo en el que se hallan los protagonistas y a medida que este se aproxima, más crece la tristeza y el desasosiego, no solo de los humanos, sino también de los animales (caballos, gusanos, polillas...).
Las actrices protagonistas están soberbias en esta sección y transmiten con sutileza la desesperación, en el caso de Claire, y la resignación y aceptación, en el caso de Justine, ante la inminente hecatombe.
VALORACIÓN:
Sin la absurda primera parte hubiera quedado una película correcta y coherente, aunque para nada perfecta, pues toda la cinta está bañada de cierta superficialidad, a pesar de la profundidad que el señor Von Trier cree haber aportado. Las emociones quedan diluidas ante tanta confusión y no llega a conmover. Mal rollo hecho cine con imágenes bellas y sobrecogedoras y un final espeluznante muy bien acompañado por la música de Wagner.
VALORACIÓN FINAL:
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