martes, 13 de diciembre de 2011

UN DIOS SALVAJE

Ver una obra de teatro en el cine.
Este año han sido varias las películas adaptadas o inspiradas en obras de teatro que hemos podido ver en las carteleras y otras que parecen salidas de las tablas. Entre ellas Un Método Peligroso (que comentaré en breve), Cisne Negro (la mejor película que he visto en todo el año), ¿Estás ahí? (una de las peores películas vistas), Margin Call (de la que ya comenté su teatralidad) o la que ahora nos ocupa, Un Dios Salvaje. En esta ocasión y partiendo de un texto de Yasmina Reza que fue llevado a los escenarios catalanes y españoles por Tamzin Townsend (una de las mejores directoras de teatro del país), el gran Roman Polanski nos adentra en el micro mundo de dos parejas neoyorkinas reunidas para intentar hablar civilizadamente de la pelea que han tenido sus hijos. Aunque poco a poco la reunión se irá complicando y sacando lo peor de cada uno de ellos.
Interpretada únicamente por cuatro actores, Polanski ha sabido rodearse de artistas de extraordinario talento como Cristoph Waltz, Kate Winslet, John C. Reilly y Jodie Foster, que se adueñan de la pantalla sin flaquear en ningún momento. El cartel del film, muy bien diseñado, cuenta el proceso de la historia en doce fotos que tratan de reflejar el estado de ánimo por el que pasan los personajes, de la simpatía y cordialidad, al mosqueo y finalmente al cabreo y la rabia.
Muy loable la labor de Alexandre Desplat (música) y Hervé de Luze (montaje) pues crean una atmósfera que acompaña la narración de Polanski y los estados anímicos de los protagonistas, haciendo una música y montaje pausados al principio y frenéticos y acelerados al final cuando las dos parejas se están sacando los ojos.
Roman Polanski vuelve a mostrar su maestría, en este caso con una obra pequeña y en cierto modo claustrofóbica al estilo de algunos de sus anteriores films como La Muerte y la Doncella o La Semilla del Diablo, que transcurren prácticamente en un único escenario, aunque en esta ocasión no es una película tan oscura en cuanto a la iluminación.
Divertida, punzante, enérgica, perversa, sobresaliente y muy recomendable incluso si se ha visto en teatro.
Por cierto, atentos al prólogo y sobre todo al epílogo que da una lección de madurez y de cómo arreglar las diferencias.
VALORACIÓN:

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