"Buenas noches Benjamin. Buenas noches Daisy."
El Curioso Caso de Benjamin Button, dirigida magistralmente por el genial David Fincher en el año 2008 e interpretada por un Brad Pitt en estado de gracia (y de perfecta belleza) y una Cate Blanchett que no se queda a la zaga, cuenta la mágica historia de un hombre que nace viejo y muere como un bebé.
En las casi tres horas que dura la película se mezclan dos gamas cromáticas tan opuestas como el amarillo y el azul, segun nos trasladamos del presente al pasado. La época actual se baña de un frío azul que nos aproxima a la muerte, mientras que el pasado en tonos ocres y dorados, nos lleva a la biografía de ese ser especial que vive su vida hacia atrás. En el presente, dos tornados, uno climatológico en el exterior (el Katrina que debastó la ciudad de Nueva Orleans) y otro emocional entre las cuatro paredes de una habitación de hospital donde una moribunda madre descubre a su hija los secretos de su pasado, son la guía que marcan la estructura y el ritmo. En el pasado, el ritmo y la guía son la propia vida de Button y sus viajes por el mundo.
Unos segundos antes de que empiece el film, el logotipo de la Warner hecho de botones, ya indica que nos vamos a adentrar en un universo poético, casi de cuento de hadas. Y ahí, entre botones y notas musicales de otro genio, en éste caso de la composición musical como es Alexandre Desplat, te quedas atrapado por la narración. Fincher consigue un equilibrio perfecto entre lo dramático y lo fantástico, sabiendo dotar cada escena de personalidad propia.
Una obra de extraordinaria belleza visual y narrativa que hipnotiza y atrapa desde las entrañas. Una historia de amor verdadero, eterno.
VALORACIÓN:
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