Cómo pretender ser una cosa y acabar siendo otra.
La boda de mi mejor amiga cuenta la historia de Annie, treintañera soltera y futura dama de honor en la boda de su amiga Lilian. Annie está anclada en un pozo de desgracias sentimentales y profesionales pero intenta con todas sus fuerzas ser la dama de honor perfecta aunque para ello deba luchar con Helen (Rose Byrne), nueva amiga de Lilian forradísima, con muy mala leche y emperrada en ser la dama de honor.
A priori Bridesmaids (título original) me resultaba atractiva por la posibilidad de ver una gamberrada al estilo Resacón en Las Vegas pero con mujeres. Una vez vista La boda de mi mejor amiga (título traducido) puedo asegurar que la primera mitad de la película vale mucho la pena por los desternillantes y soeces gags creados por Kristen Wiig, guionista y actriz protagonista, (conocida en USA por sus participaciones en Saturday Night Live) pero la resolución final es más floja que un capítulo de los malos (que alguno tiene) de Sexo en Nueva York. No nos engañemos, mucho gamberrismo, diálogos ocurrentes, pedos, vómitos y borracheras pero con un final edulcorado como está mandado en una peli de chicas (más bestias que un arado).
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